El valor global del sector corchero, un elemento diferencial que no aprovechan suficientemente los vinos españoles
- Publicado el 12 de Febrero de 2024
Los sectores forestal, industrial y vitivinícola han coincidido en afirmar en la Barcelona Wine Week (BWW) que el corcho y el vino son “un tándem ganador” y que es necesario que el sector vitivinícola incorpore el valor global del sector corchero como elemento diferencial.
Es una de las conclusiones de la mesa redonda “¿Cómo incorporar el valor socioeconómico y ecológico del sector corchero al mundo del vino?” impulsada por la Fundación Instituto Catalán del Corcho (ICSuro) y que ha permitido un debate de calidad sobre cómo el mundo vitivinícola se puede nutrir del valor global del sector corchero, cuyo valor ambiental es primordial y triplica el económico en términos monetarios.
Entre las principales conclusiones de la actividad destaca que: Es necesario dar visibilidad al corcho como elemento diferencial de los vinos españoles y elaborar un relato común con el sector del vino para que ambos mundos se beneficien mutuamente. El valor añadido del corcho es la integración de aspectos como el paisaje, la cultura, la prevención de incendios o la protección de la biodiversidad. Los consumidores de vino reclaman cada vez productos más sostenibles; por tanto, el origen natural del corcho o su huella de carbono negativa deben ser un factor decisivo más para poner en valor la botella de vino.
Han tomado parte de la actividad la directora general de Ecosistemas Forestales y Gestión del Medio de la Generalitat de Cataluña Anna Sanitjas, el presidente de la Fundación Instituto Catalán del Corcho y de la Asociación de Empresarios Corcheros de Cataluña (AECORK) Joan J. Puig, directora de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) Susana García y la directora académica de la Cátedra MANGO de Responsabilidad Social Corporativa de ESCI-UPF Silvia Ayuso. El debate ha sido moderado por el director del ICSuro, Albert Hereu.
Joan J. Puig, presidente del ICSuro y de AECOEK, considera que “el corcho es único y singular por sus implicaciones ecosistémicas y por ser un producto de proximidad que da valor añadido en materia de sostenibilidad a las bodegas. Sin olvidar que el sector industrial dignifica al sector primario y vela por su futuro destinando alrededor del 70% del valor final del producto a la materia prima”. En este sentido, añade que “el sector industrial pide al forestal corchero más gestión forestal para tener árboles más productivos y elevar el 30% actual de alcornocal productivo en Cataluña hasta el 60% para ayudar a cuidar los bosques y el paisaje y hacer prevención de incendios”.
La Fundación Instituto Catalán del Corcho ha recuperado 4.900 tapones para reciclar en la Barcelona Wine Week, un 9% más que el año anterior. Ambas entidades son partners de sostenibilidad, y a lo largo de los años ya han conseguido dar una segunda vida a más de 13.500 tapones de corcho, que se han utilizado en proyectos de economía circular aplicados al urbanismo municipal por medio de alcorques de los árboles o pavimentos de parques infantiles.
Para Joan J. Puig, presidente de la Fundación Instituto Catalán del Corcho, “esta alianza estratégica con la feria vitivinícola más importante del país nos permite poner en valor el producto excepcional que es el tapón de corcho y explicar a las bodegas que no sólo es la mejor herramienta para ayudar a madurar su vino o rebajar la huella de carbono de sus botellas, sino que escoger corcho es la opción más sostenible incluso más allá del descorche”.
La acción de reciclaje de tapones ha consistido en la colocación y gestión de 50 urnas de recogida de tapones de corcho. La alianza para la consecución del objetivo “Zero Waste” se ha formalizado entre Céline Pérez, directora de la BWW, Marta Macías, project manager de la feria, y el presidente del ICSuro, Joan J. Puig.
El Instituto Catalán del Corcho (ICSuro) es una fundación privada sin ánimo de lucro y de carácter científico que tiene como misión la valorización del sector corchero. Cuenta con tres líneas de actuación principales: investigación sobre el tapón de corcho y otras aplicaciones, controles de calidad de los tapones a través del Cork Center Laboratory y comunicación para la difusión y promoción de la conservación y el aprovechamiento responsable de los alcornocales. El Instituto Catalán del Corcho se constituyó en 1991 como consorcio público-privado y desde 2019 es una fundación privada que trabaja para convertirse en una entidad referente a nivel mundial en la investigación del corcho.