Portal Profesional de Envasado Líquido

El comportamiento del consumidor relativo a los productos alimenticios y sus envases ha dado un giro hacia la sostenibilidad

  • Publicado el 27 de Mayo de 2024

En los últimos años se han producido cambios fundamentales tanto en el mundo como en la economía. En muchos lugares escasean los bienes de consumo, ha aumentado la inseguridad económica y el comportamiento de los consumidores se ve alterado. Por eso, el instituto de investigación dedicado a la opinión pública Norstat buscó respuestas a la pregunta sobre cómo había evolucionado el comportamiento de los consumidores, en especial desde la pandemia del coronavirus y la guerra de Ucrania, por encargo del fabricante alemán de hojalata thyssenkrupp Rasselstein. Para ello, en octubre de 2023 encuestaron a un número representativo de 7042 personas de siete países europeos: España, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Suecia y Polonia.

El comportamiento del consumidor relativo a los productos alimenticios y sus envases ha dado un giro hacia la sostenibilidad

«Los resultados muestran que los consumidores compran de forma distinta a como lo hacían hace apenas unos años. Almacenan más; realizan compras planificadas en vez de espontáneas. También ha cambiado su percepción de los envases para alimentos. La lata de hojalata para alimentos ahora disfruta de un lugar más permanente en la despensa del consumidor, que desde la crisis valora más su sostenibilidad y practicidad. Mientras, ha bajado la popularidad de otros materiales de envase como el plástico y el aluminio», comenta los resultados Nicole Korb, directora del sector de Comunicación sobre el Producto en thyssenkrupp Rasselstein.

Los consumidores europeos almacenan más

En los últimos años y en muchos países europeos algunos bienes solo se ofrecían en cantidades limitadas o no estaban disponibles, de modo que muchos consumidores ahora piensan a largo plazo y almacenan alimentos. Aproximadamente un tercio de los encuestados (31 %) indica que almacena más; en España incluso llegan al 44 % los que acumulan más alimentos que antes de la crisis. «Una y otra vez, los problemas en las cadenas de suministros han dado lugar a que ciertos alimentos no estuviesen disponibles de forma continua. El acopio de alimentos puede suponer una precaución razonable; también es una buena opción en épocas de precios fluctuantes si los consumidores compran más productos en los momentos propicios para prevenir posibles subidas de precio», afirma Nicole Korb.

Los resultados también muestran que los consumidores acometen sus compras de alimentos de forma más calculada y planificada. En general, uno de cada cuatro consumidores ha reducido sus compras espontáneas y bastante más de la mitad (56 %) es más consciente del precio que hace unos pocos años. En Francia (28 %) y en España (32 %) las personas son menos dadas a las compras por impulso que la media europea. «Los consumidores ceden menos al deseo inminente.

Las grandes compras para reponer la despensa cobran relevancia frente al breve desplazamiento a la tienda para comprar algo para la cena, según Nicole Korb. Al mismo tiempo se ha extendido una tendencia al autoabastecimiento: un 36 % de los consumidores sale menos a comer en restaurantes y prefiere cocinar en casa. La compra ha ganado en importancia.

El comportamiento del consumidor relativo a los productos alimenticios y sus envases ha dado un giro hacia la sostenibilidad

La hojalata convence a los compradores en diversos países europeos

La conciencia de muchos consumidores ha evolucionado respecto a la elección de un envase para alimentos. La encuesta expone que los envases de hojalata han aumentado su popularidad entre los consumidores. Un 14 % compra más latas de alimentos en comparación con los tiempos previos a la pandemia y a la guerra de Ucrania. A pesar de que un 72 % compra la misma cantidad de latas, se registran grandes desviaciones entre los diversos países. En España, casi una cuarta parte de los encuestados (24 %) compra más latas de alimentos, en el Reino Unido es un 15 % de los consumidores. Según la encuesta, un total del 86 % de los encuestados compra igual cantidad o más alimentos en latas de hojalata.

Este resultado es coherente con la pregunta sobre el almacenaje. Las personas que almacenan más alimentos posiblemente apuesten más por los envases de hojalata, ya que las latas se apilan y ahorran espacio. También, porque las latas no dejan pasar la luz, de modo que conservan el valor nutricional y el sabor de los alimentos contenidos. Debido a ello, la lata es adecuada para el almacenamiento prolongado de alimentos.

Estas cualidades también se reflejan con claridad en la encuesta. En comparación con hace unos años, más de la mitad (54 %) de los compradores afirma que la lata de alimentos es fácil de almacenar. Casi dos tercios de los alemanes (65 %) y más de la mitad de los franceses (60 %) cree firmemente en las buenas cualidades de conservación de las latas. Al mismo tiempo, un tercio de los consumidores (33 %) las encuentra más prácticas; un 40 % de los consumidores lo asegura en Italia y un 41 % en España.

El comportamiento del consumidor relativo a los productos alimenticios y sus envases ha dado un giro hacia la sostenibilidad

La hojalata también puntúa ante el consumidor en cuanto a la sostenibilidad medioambiental: un 15 % señala que encuentra la hojalata más sostenible hoy que en 2020. En Francia, casi una cuarta parte (24 %) está convencida de ello, en Suecia es un 29 %, notablemente más que la media. La lata de hojalata cosecha todavía más puntos en la percepción de su reciclabilidad: el 16 % de los consumidores considera ahora que estos envases tienen una mayor capacidad de reciclaje; en el Reino Unido casi un tercio (30 %) está convencido de su reciclabilidad.

«Y con toda la razón: con una tasa de reciclaje que en Alemania se mantiene constante por encima del 90 % y en la Unión Europea es del 78,5 %, la hojalata tiene unas cualidades excepcionales para la reutilización. Con cada ciclo de reutilización se ahorran recursos y CO2 en comparación con la producción primaria», apunta Nicole Korb. La transformación de una tonelada de chatarra de acero y de hierro ahorra 1,6 toneladas de mineral de hierro, 0,65 toneladas de carbón y 0,3 toneladas de piedra caliza. Además, mediante el empleo de chatarra para la producción de acero se consume un 70 % menos de energía en comparación con la producción primaria.

La encuesta revela que los envases también adquieren un mayor protagonismo en la decisión de compra. Un 15 % de los encuestados afirma que actualmente elige los alimentos más a menudo por su tipo de envase; solo un nueve por ciento dice que se fija menos. De hecho, los consumidores declaran que se deciden con mayor frecuencia por la hojalata en detrimento del plástico y del aluminio. En los países europeos, casi una quinta parte de los consumidores (19 %) es más dado a elegir una lata de hojalata; en Francia es un 22% y en España llega a más del tercio (34 %).

En cambio, la frecuencia de compra de alimentos envasados en plástico y aluminio solo ha subido un diez por ciento en cada uno, según estimación propia. «Los consumidores le han tomado el gusto en los últimos años: la practicidad, la sostenibilidad y la reciclabilidad del material de envase ha aumentado en importancia. En este sentido, la hojalata gana puntos entre los consumidores debido a sus características inherentes, pero también por la forma práctica de la lata de alimentos», opina Nicole Korb.

El comportamiento del consumidor relativo a los productos alimenticios y sus envases ha dado un giro hacia la sostenibilidad

Últimas revistas