Es sabido que la impresión comercial no pasa por su mejor momento así que hay que seguir buscando estrategias para destacar en un mercado saturado. Si le preguntamos a la IA nos da algunas pautas que quizá no estaría de más tener en cuenta si es que no los estamos aplicando ya.

La primera es dejar de competir solo por precio y centrarse en productos de alto valor agregado con acabados especiales (barnices UV, relieve, tintas metálicas), papeles premium o reciclados de alta calidad y diseños personalizados. Incluso, apostar por la consultoría creativa: acompañar al cliente desde la idea hasta el producto final. La segunda sería ofrecer servicios integrales de comunicación visual y la tercera la automatización de procesos y modernización de maquinaria.

Importante también la sostenibilidad en la empresa con Certificaciones medioambientales (FSC, ISO 14001) como diferenciador, promover productos sostenibles como una solución, no como un coste extra, trabajar con proveedores responsables y comunicar activamente estos valores. A esto hay que sumar la adaptación a nuevos formatos de comunicación ofreciendo impresos complementarios al marketing digital y mostrar que la impresión puede potenciar la omnicanalidad, no competir con lo digital.

Si además somos capaces de identificar micromercados desatendidos o locales, se implementan plataformas Web2Print y se educa al cliente para que descubran el verdadero potencial de la impresión moderna, y se participa en ferias, networking y se desarrollan contenidos educativos y casos de éxito se consigue fidelizar y reactivar clientes.

La realidad es que el mercado de la impresión comercial no está muerto, está mutando. Su recuperación dependerá de que los impresores pasen de ser solo proveedores a convertirse en aliados estratégicos de comunicación visual, pero para ello hay que apostar por la innovación, la sostenibilidad, la automatización y la personalización. Lo cierto es que la IA no va muy desencaminada y por si acaso más vale poner en práctica todos estos consejos.